Rojo! – Mikel Onandia [ES]

Planos inclinados. Planchas ensambladas. Tensiones. Siluetas imperfectas. Protuberancias inesperadas. Poesía. Pliegues imposibles. Espacios silenciosos. Maquetas. Diálogos de acero. Rojo!

 

Iñigo Arregi (Arrasate, 1954) juega y lucha, sin descanso, con las bases fundamentales de la escultura –materia, forma, espacio- dando lugar a piezas que invitan a una mirada pausada, reflexiva, solitaria. Inmerso en la tradición de la escultura vasca –con Oteiza como principal referencia, personal y artística, desde su juventud–, ha desarrollado un discurso plástico y una iconografía personal de gran coherencia y madurez.

 

A partir de unas pautas formales muy básicas –planos que se entrecruzan, brazos angulosos y redondeados que se entremezclan, distintos espacios vacíos; en esencia, chapas que encajan unas con otras sin necesidad de ser soldadas– Arregi desarrolla, fruto de la intuición, sin bocetos ni ideas prefijadas, un tipo de obra sumamente elegante que invita al deleite y al disfrute, dando lugar a puzzles tridimensionales hasta lograr un lenguaje plástico identificable, sensual y estéticamente muy potente.

 

Las esculturas surgen de un fundamento cuadriculado básico, a partir del cual se desarrolla una arquitectura muy compleja, interiorista, un entramado racionalista de destacada verticalidad que deriva en figuras biomorfas y orgánicas entrelazadas, llevando al límite las torsiones e inclinaciones hasta poner en entredicho la maleabilidad y la elasticidad natural de los materiales.

 

La obra de Arregi muestra una composición formal de posibilidades infinitas. Sus esculturas ofrecen tantas caras como miradas, desvelan innumerables perspectivas de carácter singular según la posición del espectador, e invitan a ser rodeadas, a ser tocadas, a meterse en su interior, y a su vez, junto a la infinidad de vistas cambiantes, presentan en su conjunto una integridad que dota a las piezas de un equilibrio y una armonía ciertamente destacable, tanto en las pequeñas y medianas, como en las de gran tamaño.

 

Iñigo Arregi lleva a cabo una escultura pura, abstracta, la cual, al mismo tiempo, sugiere diversas imágenes figurativas. El observador busca, adivina, idea referencias realistas –figuras antropomorfas, nudos, cerraduras, pelotones ciclistas, campanas, puertas, puentes, refugios, muros– en sus piezas, esculturas cercanas, sugerentes y evocadoras que posibilitan múltiples lecturas plásticas. La de Arregi es, sin duda, una de las propuestas artísticas de mayor interés del panorama vasco y nacional.

 

Celosías. Contorsiones metálicas. Ritmos atonales. Experimentación. Texturas enigmáticas. Volúmenes envolventes. Pieles oxidadas. Interrogantes tridimensionales. Vacíos. Bordes abstractos. Esculturas. Gorria!

– Mikel Onandia Garate